LAN y TAM solo podrán programar un tercio de los vuelos solicitado (uno a cada sede en la que juega Argentina) en tanto que Andes, que tenía comprometidos más de una docena de vuelos para la primera fase, la mayoría contratados por la propia AFA para trasladar a familiares de los jugadores y dirigentes, a solo 4. La situación es más complicada para esta última que basa gran parte de sus estrategia comercial en vuelos chárter y especiales.