Clima. Porto de Galinhas goza de una temperatura promedio de 26º C durante todo el año, y sus playas pueden aprovecharse desde bien temprano. Amanece alrededor de las 5, mientras que el ocaso se produce a las 17. Las lluvias son esporádicas y livianas.
Historia. Antiguamente el pueblo se llamaba Porto Rico, debido a la exportación y explotación de la caña de azúcar. A partir del siglo XVIII, el tráfico de esclavos traídos de África estaba prohibido, y de este modo los contrabandeaban ocultos debajo de casilleros de gallinas, bajo el anuncio en clave: “hay gallina nueva en el puerto”. Es así que hoy por hoy se conoce a la localidad como Porto de Galinhas.
Playas. Sus playas son extensas, de arena blanca y cocoteros. Además, el mar es tranquilo gracias a la barrera de coral que frena la fuerza de las olas y facilita la creación de las piscinas naturales. Porto de Galinhas fue escogida siete veces como la mejor playa de Brasil por los lectores de la revista Viagem e Turismo.
Piscinas naturales. Un paseo en jangada a las piscinas naturales y arrecifes le brindará una experiencia única. Allí, podrá hacer esnórquel apreciando diversos tipos de peces o bucear para explorar las formaciones rocosas y restos de naufragios.
Actividades acuáticas. La playa de Maracaípe es el hogar de los surfistas por las olas que llegan a 2,5 m. de altura, mientras que en el Pontal de Maracaípe los fuertes vientos favorecen la práctica de kite-surf, donde se utiliza una tabla de surf arrastrada por una cometa. Asimismo, también se pueden desarrollar deportes como windsurf, esquí acuático, buceo, esnórquel, kayak y stand up paddle, que utiliza una pala y una tabla de surf. Realizando cualquiera de estas actividades, el turista podrá apreciar la belleza natural de los manglares y de la costa de Porto de Galinhas.
Paseos en buggy. Otra forma de divertirse y conocer el destino es tomando un paseo en buggy. Por ejemplo, una salida por la playa de Maracaípe o de Muro Alto permite vislumbrar la gran barrera de coral.
Paseos en jangadas. Las jangadas son un tipo de balsa usado en Brasil, donde los turistas podrán disfrutar de un sereno y relajante paseo por los manglares. También serán el medio de transporte para poder acceder a las barreras de coral y hacer esnórquel.
Preservación. Conozca el Proyecto Hippocampus, que protege a los caballos de mar de Brasil y su ecosistema; los nidos de las tortugas marinas, conservadas por los Eco-asociados, donde se puede observar hasta una escena de incubación; y visite además el Baobab, el árbol con un tronco de 4,5 m. de diámetro y unos 400 años de antigüedad.
Gastronomía. Porto de Galinhas se destaca por su oferta de delicias del mar. Es recomendable visitar alguno de los restaurantes del grupo Beijupirá, ya sea en Porto de Galinhas, Praia dos Carneiros u Olinda, para probar uno de los peces más codiciados de la región que lleva el mismo nombre, el beijupirá.
Dentro de los platos típicos, también se encuentra la feijoada y los cangrejos cocidos, y de postre el bolo de rolo, un tradicional arrollado de caña de azúcar.
Olinda y Recife. Un city tour a la ciudad de Recife, fundada por los portugueses en 1537, y Olinda, fundada en 1535, es una salida imperdible. Recife, capital de Pernambuco, se caracteriza por la belleza de sus puentes y la playa de Boa Viagem. En cuanto a Olinda, cabe resaltar que fue la capital del estado hasta 1837 y posee un gran patrimonio cultural.
Olinda tiene muchos templos de la fe católica y edificios de incalculable valor histórico como los pisos moriscos, ejemplos de la influencia árabe en la arquitectura. Además, cuenta con los títulos de Monumento Nacional, Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Unesco, Ciudad Ecológica y Capital Brasileña de la Cultura.
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